viernes, 12 de enero de 2007

Pendorchos

Segundo conjunto de poemas, escritos entre 1997 y 1998.



BASURAL

Reconozco la zona.
Hay un terrible olor
a mierda que viene,
cuando llueve atraviesa
las paredes de Barracas.
El río que aprovecha
que está podrido.
Entradas salidas,
basural zanjón de basura,
de coches desmantelados
en el camino del buen aire.
Hay casas en construcción
habitadas por cirujas ebrios,
motos chicas, arrebatadores
de carteras. En total
son quince: el quiosquero,
el chamaco barbudo con movicom,
la señora Julia Galardi,
el santiagueño
con los morochos entrerrianos.



OLAS

Esta es la vida
de las olas
del color
del pañuelo pintado
de mister president.
La iluminadora
de encías hinchadas
por cada plato
como la que cae.
El cielo brilla
de noche
sobre la ciudad
antes que se largue.
Cuando el trolo
la canta
a la canción
y la patota
le hace coro
hay silencio
que se ve
que aprieta
el botón de goma.



VIEJO

Soy flor de juguetón,
en los rincones
tengo un juguete,
no como viejo
en librerías
que roba vivir.
Deja el saco
prohibido para
que el papelón
vuelva completo.



JUEZ

La casa del juez es grande,
de jardín con achuras en el fondo,
los hijos que joden, es casi pobre.
Lo que muestra lo acusan de robar.
Bonnie es una chica joven
con más ganas de actriz de teatro
que jueza de juzgado provincial.
Ellos se van cuando insinúan,
se van porque los persiguen.
Corren por el paisaje
montañoso de fin de semana.



BOXEADOR

El ojo mira, saltea
las páginas olvidadas
del boxeador.
Afuera las chicas con pito
pasean por el puente.
Adentro, sube y baja
la fármaco melodía.
Suena el pito para
que aparezcan los chicos.
Ya no bastan las dedicatorias
recuerdo de la realeza.
Está todo lleno de bichos
que se basan en la intuición.
La bruja atiende
y como ya no llueve,
Marilú canta.



EFERVESCENTE

Atendiendo
freno indica
el semáforo
que efervesce.
Tato cerrado
mañana la vieja
escurre trapo
en la vereda.
Contagia
por el horno
a toda la cuadra
desayunos.
Qué va a
decirme ahora
si no es
que la miro.
Aparenta
que se cree
opaco final
de calle.



VECINA

Antes cuando yo te miré
vos me miraste también
no sabíamos nada la verdad.
Si vos pudieras decirlo
seguro no lo harías.
Te gusta pegarme
con la muñeca
chuparme la cara
morderme el culo,
me des vueltas
hasta dormirme.
Las luces con ruido
debajo del año
divagan otra vez.
Vos les hacés upa
con tu linda cara.
Vecina andá a saber
en qué bicicleta
vas a volverte
por fin mucho más cansada
a dormir a veces la siesta.



CASCARITA

Se arranca la cascarita
para que la marca quede,
le duela el fuego
que guarda en los pulmones
de verano bien verano.
Escucho que me dice pará
porque quiere irse volando.
Muñecos los que hay miran
siempre lo mismo,
horas que la nena baila.



BEBE

Esa que no queda,
que no va quedando,
nada se acuerda
de su bebé la foto.
El hogar de la casa
es otra la que la ve,
pocos ojos para él
para ella vuelven.
Pastan lombrices
el reflejo amarillo
a eso de las seis
puerta atraviesa.



COPA

La copa libre
del gato salta,
se baña la copa.
El gato salta
y la copa se baña.
Inmóvil negro,
líquido estatua
a la plaza Irlanda.
Corre, corre,
rejas crecidas,
el resto no corre
pasto escarcha.
Los amigos desarman
el cruce para
dejar ir Abelardos
petisos como Aidés,
oir Sergio hablar caro.



ARQUERO

Gómez buen arquero
con una trompa
de boxeador que se cae
tiene guantes cortos
del uno del loco.
El viejo mecánico
los sábados también
corre la cancha.
Corremos todos al costado
de la vía elevada.
Creo que el viejo
es plomero albañil
que va a mi casa
cuando lo llaman.
Pero el arquero es López.
Aunque ataja bien,
no llega a primera.



ENCANTADO

Una individua llamada jueza,
unos bandidos disfraces de policía
me hacen pasar
por tres días
a golpes de puño moretones.
Me pregunta si quiero ser
su jefe y le digo encantado
es la palabra.
Por las calles de Rosario
una manifestación se baja del auto.
El solo, el teniente
coronel va solo,
agarra el trapo
colorado, lo
rompe ordena.
Degenerados
que no tienen patria ni dios,
que son homosexuales
salen sin que la autoridad
se moleste.



HELADERO

Se recaga de risa
la boca como un culo,
pide al heladero
torpedos más baratos.
Finitos, fruncidos,
labios chupan y se enfrían.
Otro más barato,
otro debe reponer.
Proctodontólogo
la frenética carcaja
da bajo los lompas
bailoteo de marfil.



MEJICANO

Va por el escalón la madre
a la que le pesa veinte kilos.
El dueño del interno
quiere cambiar de sector.
El mejicano vocifera
que qué pasa con los espejos.
Mi abuela se come las eses
y las dos son argentinas sin marido.
El mejicano vende espejos, abanicos,
se divierte con estas historias.



GALAN

Roberto sentado
en un reservado
mira a las chicas
que mueven el culo.
Ese dale que te dale
le da ganas
de subirles la minifalda
o bajarles el pantalón,
hacerles todo
lo que cree le piden.
Todos prefieren,
nadie quiere
quedarse adentro,
abrir el ventilete.
Roberto y sus chicas
que se le sientan
le mueven el culo.
Con su vení y andá
repetitivo manda
el galán de la noche.
Y ahora qué,
se preguntan las chicas
todas transpiradas.



INSTRUMENTO

Tarde triste y fea
de la abuela
algún año después del instrumento.
Ando buscando algo
que muestre a mi interlocutor.
Saco algo viejo
como cuando mi abuelo
vivía me lo regaló,
su regalo de juventud a un hijo.
La ropa que compra
de camino también,
la historia europea
cremada a voluntad.



FICHAS

Pedí más fichas para el western bar
porque no vi el policial ni la de acción.
Lloré lágrimas, lloré,
lloré en la galería.
Mientras la más mina buscó su consolador
las nenas fueron a mear en pollera.
Por miedo que viene de viejo,
el de la noche que está acá.
Me avisaron que matan
los de adelante,
a la hora del asalto
tengo que escapar.
Lloré lágrimas, lloré,
lloré en la galería.



CRUPIE

Me gusta cuando el crupié me mira,
dice que gané yo todo que gané
mirando por debajo de la mesa
los papeles de la quiniela nacional.
Ella es una mujer bastante rara,
la que me acompaña durante mis
noches inolvidables.
Hace muchos días que no pinto
por acá pero igual nadie pregunta.



BROWNIES

Ella, lo que quiere, brownies,
es hacerlos y me reprocha
dos veces en vez de una
por los platos descartables.
Los centavos son iguales
en todos los lugares
como los chicos cebados.
Se cayó todo el viento,
no es de noche me dice
si igual no puede ver.
Los monos piden albóndigas
cuando se escapan,
van con el freno, paran
al lado de los oídos.



PENDULO

Con el péndulo al aire
arrastra en el campo grande
el rodillo de cable de TV.
Hay un lugar al lado
del árbol frutal enano
donde lo vuelca, se tira
como arriba de la mesa.
Por el pasto alto asoma
jardín de jardinera
directo sobre la tabla,
la luz picada rebota,
el pico humano compite
para marcar las doce.



TSUJI

Tengo la misma porcelana tsuji
que ella guardó en la ratona
desde hace cuatro meses adentro
de dos cajas de cartón corrugado.
En el ínterin la bolsa de arpillera
va a subir un piso por escalera
hasta que el delivery toque timbre.
Dos días anunciando la lluvia
para que pase todo lo contrario
les da pie a los precios individuales
a llegar fácil a la suma total.
Yo era autónomo y flotaba
al costado de la pileta enrejada
para que nadie pudiera verme.
Ahora por lo general mi mujer
me recuerda las cosas
que tengo que hacer.



DERRUMBE

Cruza a los setenta y ocho
del chacinado a la hierba
para el derrumbe a la piedra
en la avenida de él solo.
Ella que lo ve tapado,
ella me llama, cuenta
lo feo del regalo
de la harta que pierde todo.

jueves, 4 de enero de 2007

Sopetones

Algunos de estos poemas fueron publicados en el Diario de Poesía en 1997, finalistas del II Concurso Hispanoamericano de Poesía.



MEMORIA DE RECREO

Al final se apoya
cara sobre el marco
y ya, quieta pajarera
de mosaico y chapa seca,
el gorrión desde temprano
bailará como en prisión.

Sudor, más que la sangre
con apático recuerdo
color del verano y rosa
bajo cierre relámpago,
así no más que baja renguea
su enfundado galpón.



EL ARRIERO

El calor del mediodía la traslada
de continente sacro a campo indígena.
Con terciopelo de captura
y bestia ahora ronda
con pico ocular
los salmos ante hojas amarillas.
Al acto:
Los años que ha faltado en su corral
añaden su fuerza con paso embadurnante.

Poseerla debo como la cascabel
y que derrita su lazo la voz,
al aseo llevar mi profesión de cautiverio
y al soporte poniente para
que con ella huya a su trampa.



EN LA DOSCIENTOS

El cabezón se pegó un tiro en la doscientos
cuando dijo su perro rabioso muerto
la bolsa de las compras.
Se vino abajo como los panes y las cebollas
que muy baratos y los tiraron.
El calor de la una le parloteaba hierro
y el cabezón estaba más blando que de costumbre.



MIAMI

El hall de la pensión de la puerta cementada
comunica a un pasillo largo.
Blanca y gris, el piso a baldosas
marrones como vereda
para dormir en Miami.
La voluntad de clausurar un pasaje.
Alguien, la entrada por la tarde sospechando
terrenos lindantes: quiosco vacío,
colectivo una hora de en frente, frío lento.
Llueve. La mejor época para Miami.
A la noche paso el hierro oxidado,
la vista seca de esa noche linyera
y bajos revivals golpeándose bravo.
Sobre el latón de Miami degollado
pinto ciegos bloques y ancianos
repitiendo habitaciones disponibles.



ASILO

Se le ven los ojos a la simplona,
descuida el hazme, esto y lo otro,
ladea a la estepa de viril flanco,

a Dios, el del viento serio.
El replicar, replicar, señora,
al rendido perdoná.

Manta de lana gime, lágrima
enfriándole cara, pómulos
sobre amanecer de ladrillo.

Hay la infancia y la alegría
y la fina arruga de escultura.
Su negro con el suelo florecido.



MAREA

La mujer su cuerpo tapa,
nubosa, la del piso décimo.

De azul a gris como niño,
de risa a llanto huida,
vecinos que la sientan
o le amasan tres ciudades.

Serenata que no falta,
al violeta salmo, ya tarde.
Buscan la nueva luna.



UNA FLOR QUE NO SEA VERDE

La chica se lo hamaca sobre el vientre
como si fuera anónimo el milagro
o bajo el suelo los olores crujieran
verde en la mirada de esta gente.

Voz que apenas pasando, pasando
más manojos de regalo,
trueca tierra por sus frutos empollados,
tiembla en este invierno cuando

la chica se lo hamaca sobre el vientre
aunque fuera anónimo el milagro.
Hay sol y llueve, graniza y nieve
que calla trabajosamente al barro.

Voz que apenas rezando, rezando
brotes al negro mármol
o a la próxima primavera
una flor que no sea verde.



DIA DE FIESTA

Escalones numerados ante mi prometida.
Mucho más tarde, recordando
sinfonías de cabina en un garaje,
pestañas pop sugestivas del papel,

las calles distribuyen el acuario,
luz de bar por más esquinas.
Salto en clavos, bailo
acentos sanos de flautista.

Otros centenarios en ventana,
la golosina del himno.



LA COSA

Así es la cosa para todos los ranchos
de chapa y madera que pescan
todos los días y nadan todas,
digo todos, digo, así es la cosa,
todos los ranchos, digo, que tienen permiso
para quedarse a pescar
tienen que irse mañana mismo
porque sube el agua y después no hay tutía.
Acuérdense de la última vez si no,
cuando vos, Lizano, decí,
pero cómo no te vas a acordar, Lizano.



PRISMA

La tierra de los ojos
más o menos se la saca
de los ojos para hacer
un prisma recto rectangular.
Que le salga más o menos,
le dice el capataz al que le sigue
para que le diga al de los ojos.
Total, le dice, por lo que pagan
a ver si todavía se creen
que somos una manga de boludos.



ZORRO

El rápido zorro
marrón salta
sobre el trasero
de los perros lentos.
Algunos llegan
y otros se van.
Algunos se quedan
y otros no.
El tipo acepta
digan lo que
le digan a él.
Cuando es chico
se lo dicen
y se caga en todos.
Crece y qué,
el día brilla,
el calor mata
y él lo siente.
Va de un lado
para el otro,
va de un lado
para el otro.
El zorro recibe
a la madrugada
sobre el trasero
de los perros lentos.



MOTO

Esta es una moto veloz
y fantástica.
Por eso decido
subirme y dar una vuelta
para ver qué pasa.
No pasa nada.
Ando todo el día
y toda la noche
sobre esta moto veloz.
Nadie me puede bajar.
Es tan fantástico como
pegarle patadas al paso
a la gente que te quiere.



MUJER CON HAMBRE

Una mujer sale por la radio
y dice que tiene tanto hambre
que ya le perdió el miedo a todo.
Un hombre la amenaza
y ella se lo dice en la cara,
tiene mucha hambre y nada le da miedo.
La mujer va por la calle
y es capaz de matarte y comerte.
Eso es una mujer con hambre.



EL AUTO CARNICERIA

Un auto carnicería
tiene azul la mecha.
Rápido, a una hora pasa.
Adentro la sangre se congela
con el aire acondicionado.
Limpiaparabrisas
dejan tajos en el vidrio
como dos navajas afiladas.
El aliento empaña todo
pero se va apagando.
No hay moscas en el aire
porque la mecha las mata
ahora sobre los cuerpos,
sobre la piel, sobre la sangre,
sobre los huesos, sobre todo
sobre los últimos huesos
que se contorsionan
para doblar
y ya no pueden.
La mecha ardió hasta
que alguna mosca quedó Medrano
en las ventanas
del auto carnicería
a dos pesos el kilo.



SERVICIO

La cara de barba y de calor
en el asiento de adelante
anuncia al remolque pago.
En el centro está quieto,
no como antes,
los brazos
se mezclan entre las mesas.
Bar que sirve café y cerveza
en la avenida Santa Fe.
Brazo sobre brazo
el azúcar rota
de sobre
la espuma oxidada.
Ahora está enfermo
para el doctor
que se insoló.



CUERO

Veo que retuerce la camisa
en el feriado
una plaza del Bajo.
Nadie puede verlo.
Está para lavar
la camisa sucia
porque el sol se la seca.
La retuerce en cuero
la arruga toda.
Lava pero no plancha lo que lava
feriado
quiere ocuparse un poco
de su estado y aspecto.
Se aprolija con detalle
su perfil inconfundible.



SOTANO

El coro se la pasa desafinando
en el sótano.
Guardo para el próximo verano
sombra, vino, escondite,
ladrones novatos a caballo.
Siguen la vela
y la flor
pasada por agua.
La rosa,
que es amor y distancia.
Mandame una rosa.



GOMERIA

La esquina es una playa,
nunca edificio playa,
ladrillo que los coches
quieren gomería.
Tengo una fosa,
mecánico boliviano.
La morocha con los de diez
y saludando
a todas las que vienen
en pelotas a la exclusiva.



VEO LA VELA

Los domingos de primavera
en esta parte del año
bajan la bocina y el lago
para veleros coleccionables.
Me acuerdo que el azul
no tiene para arrancar:
Cuerda floja, traba metal,
todo importado de la década.
No me diga que para ser
parte del barco
no alcanza con mirar.
La vela que va primera
lejos, rockera muere
con un disco de éxitos.



HARAGANA

Dora entra al baño con el bolso
que trajo para cambiarse.
Su secreto del éxito
pasa por la variación.
Deja el cuero de encaje
y se sube la pollera transparente.
Alguien la sigue
para mostrarle la salida,
pero como es haragana,
no sale.



LIJA

Rasquetea que puede mañana
y si no es para tanto
hay que aceptarle.
Compra que caliente
agua del baño
con el instrumento.
Quiere ofrecerse en las paredes
y repetir con la mano alzada
el rechín de la escalera.
Hoy anda como partera
que le hace de reserva.



INVITACION

Roca hay para invitar
que vengan que
de alguna manera
los arreglamos.
Además, él me tiene
que hablar de cómo hizo
para estar tan flaco.
No sé si decirle
directamente
o mejor que si lo llevo
lo saque solo.



MOTOR

El motor del joven va a cien
kilómetros por hora por la cortada.
Rocamora no es del rengo ni del auto,
pero el de bastón la acaricia
cuando arrastra un pie y el otro.
Los que lo acomodan no ven la cara,
ven la piedra.
Como no puedo explicar lo que parece
un milagro casi, milenario pero gastado,
le regalo algo por lo menos,
un cuadro o un rectángulo.
Si se lo digo me reta con una lesión
en mi única mano.
En cambio, yo se la veo llorando
cuando me ve.



ALEDAÑOS

Voy por la calle ancha
en taxis grandes y viejos
como los Ferlaine
a edificios abiertos
las veinticuatro horas.
El compatriota baila el jazz
y muestra fotos de sí mismo
puestas sobre un carrito.
El octogenario canta
su repertorio folk
con una criolla amplificada.
En la cuadra está el banco
que cambia plata
y la vendedora de hot dogs
donde como al mediodía.



VOLTEO

Es un modernismo,
una risa
la que pone y saca,
la que frota y sigue
a las celosas.
Palabra mordida
con sangre va
de aderezo barato.
Flota en los huevos
e impone
su agujero demagógico.



PROMOCION

No es de luces la noche
o la ciudad
por el agua que te dejo:
Muestras del nuevo champú
más vendedor de todos los tiempos.
Peatón boludo se ríe,
piola se mata,
estándar se embola,
en mano el saché
que enumera su ducha.



DAKTARI

Cuantas veces ruge
un león antes de morir
según lo que averiguo
ni Daktari otra que Daktari
a quien no llamo.

Se retira se sienta
no Daktari quiere
un papelón a esta altura
de la vida.
Daktari yo no sé.

León de utilería
alimenta lo que
tengo que gastarme
buena parte del retorno
para todo hijo antes.